Brunswick, Hildesheim, Celle y sus mercados navideños

05-12-2018

Continuando el recorrido por los Mercados Navideños, despertamos en Goslar  y después de un típico desayuno alemán en Kaiser Hof, continuamos viaje.

La temperatura era de -5°, el auto estaba blanco por el hielo adherido, mucho más difícil de quitar que la nieve acumulada en las mañanas durante el recorrido por Laponia.

Me hubiera gustado caminar Goslar de día, pero las pocas horas de luz no nos permitirían disfrutar de los 3 mercados programados para hoy y me conformé con verla desde el auto al salir…

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El próximo destino es Brunswick y los pocos kms que nos separan de ella fueron por hermosas carreteras.

  • BRUNSWICK

Llegamos a la ciudad, el GPS nos llevó al parking elegido en las inmediaciones del mercado navideño, al igual que hice en días anteriores para optimizar el tiempo.

En Brunswick conviven lo antiguo con lo nuevo, como en la mayoría de la ciudades alemanas.

Llegamos a la plaza medieval Burgplatz, que con la catedral y el castillo se convierten en una encantadora estampa navideña con más de 140 puestos.

Visité 18 mercados en este road trip y creo que todos tienen una particularidad que los distingue del resto, en este caso diría que cuenta con puestos más grandes y mejor decorados que en otras ciudades

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Emociona caminar los Weihnachtsmarkt, no sabés si prestar atención en lo navideño, si observar los edificios medievales que lo rodean, si comer algo o comprar algún recuerdo, y finalmente se termina haciendo un poco de todo ello.

Es una sucesión de puestos, sin desperdiciar sitio alguno.

Me imaginé lo que sería este patio cervecero en el foso de Brunswick, en funcionamiento y lamentaba tener que irme!

Esta gente está haciendo cola para comprar praliné… inconfundible señal de que eran los más ricos del mercado.

Fue muy tierno ver a los pequeños disfrutar del evento.

Y llegó la hora de despedirnos de esta pujante ciudad, a la que volveremos con tiempo para recorrer el castillo, iglesias, museos, ayuntamiento y disfrutar de su pujante centro comercial que apreciamos al pasar.

  • HILDESHEIM

Hasta 1945, la ciudad de Hildesheim en Baja Sajonia era famosa por sus 1.900 casas de entramado de madera, pero muchas de ellas fueron destruidas hacia el final de la Segunda Guerra Mundial.

Desde los años 80, el conjunto de ayuntamientos renacentistas, edificios municipales y casas patricias de la Plaza del Mercado Histórico han sido reconstruidos.

 

Los puestos tienen un estilo de entramado de madera, como las casas de Hildesheim, y venden adornos, juguetes hechos a mano, decoración navideña, además del vino humeante (Glühwein), el chocolate caliente y el pan de jengibre (Lebkuchen)

Comimos en este café italiano, con esta vista y protegidos del intenso frío.

Bajamos a seguir recorriendo el predio, dónde la Weihnachtspyramide (Pirámide de Navidad), se destaca desde cualquier lugar.

Su estructura era de 10 metros de altura y estaba iluminada por 7.500 LEDs, según los folletos que nos dieran en la oficina de turismo.

Cuidaron todos los detalles para que el ambiente navideño se sintiera en todos los rincones.

Y como el predio de la Markplatz no es muy amplio, hay puestos en las calles céntricas.

Por segunda vez en el día debemos despedirnos, dejando mucho por ver e ir hacia el tercer y último mercado de la jornada.

  • CELLE

Entrando a Celle, ya sentí lo mucho que me iba a gustar.

Fuimos hasta nuestro alojamiento, dejamos el auto en el parking y los carry on en la habitación, previo retiro de los paquetes nos aguardaban en recepción.

Destaco lo gentiles que han sido, tanto cuándo solicité por mail la autorización para el envío y la preocupación que demostraron por la demora de uno de ellos.

Como conclusión puedo decir que una vez más acerté en la elección, los pequeños hoteles alemanes son un encanto y el Am Hehlentor no fue la excepción.

Caminamos unos pocos metros y nos encontramos con el Rathaus (ayuntamiento)

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Y frente a él estaba la cadena que componían los 80 puestos del Weihnachtsmarkt

En medio del histórico casco antiguo, las maravillosas fachadas de entramado de madera hacen de telón de fondo, para las casetas de madera con las artesanías, comidas y artículos navideños.

Como en otros mercados hay sitios destinados a protegerse del frío o lluvia.

Se los veía muy animados dentro de las casetas, creo que el vino caliente colaboraba para que así fuese:)

Los niños también contaban con un espacio para su esparcimiento.

Las luces comenzaban a tomar protagonismo y sin dudas es el mejor momento para ver los mercados en todo su esplendor.

Agregando encanto a este bonito casco histórico, está el Castillo o Palacio de Celle, que no pudimos apreciar como corresponde por estar en refacciones.

En el predio había una cancha de curling, interesante de ver el juego pero con los -3° que hacía, era preferible seguir caminado y no estar estático.

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Cerramos el día de hoy, con el segundo triplete de mercados, al igual que el día anterior.

El recorrido realizado fue éste:

 

Todos los post del road trip por los mercados navideños están acá

Esta segunda parte del recorrido lo hicimos en un auto alquilado en Sixt

 

 

 

6 comentarios en “Brunswick, Hildesheim, Celle y sus mercados navideños

  1. Sixt Car Rental
  2. Hola Betty !! El comienzo del post con el desayuno con ese morrón verde crudo a las 7 la mañana, no me dan ganas de comerlo pero sí de fotografiarlo !
    Me encantó el Mercado de Brunswick! Y seguir en Navidad aunque sea junio. Qué sigan los mercadillos!!!

    1. Hola!!! no mostré lo más importante para mí, que eran los huevos revueltos y las salchichas jajaja
      Ensalada no como en el desayuno, pero es notable lo que les gusta a ellos:)
      Besosssss

  3. Que lindo se ve todo. Todavía me falta un año para irme otra vez de vacaciones (no para viajar 😉 ) pero estas imágenes me dan muchas ganas de arrancar ahora 🙂
    Saludos a ambos

    1. Todavía tenés el efecto Polinesia o ya se diluyó en la rutina diaria? jajaj
      Gracias por los saludos y por pasar!

  4. Ya sabes que yo voy a destacar lo héroes que sois paseando como si nada con ese frio siberiano… 🙂
    Por lo demás, hay que reconocer que todo es muy bonito, pero para mi no lo suficiente como para arriesgarse a morir por congelación instantánea… jajaja
    Besos y salud

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