Honfleur, es una joyita del norte francés. Llegamos a ella al final de una tarde de agosto de 2015, luego de recorrer las playas del desembarco de Normandía y el Monte Saint Michel en días anteriores.
Apenas llegamos nos dirijimos al Ibis Styles Honfleur Centre Historique que teníamos reservado y que se encuentra a pocos metros del centro, frente a un amplio parking público, factor decisivo a la hora de elegir hotel porque en plena temporada veraniega no hay lugares en la calle disponibles.
La primer impresión mientras caminaba hacia el muelle era satisfactoria, buen ambiente, edificación típica del lugar y bien mantenida.
Esas ventanitas con flores y persianas son mágicas.
Esta pequeña localidad cuenta con menos de 8.000 habitantes. Se estima que fue fundada en el año 1027, constituyendo un importante nexo de comunicación con Inglaterra y durante siglos contó con uno de los puertos más relevantes de Francia.
Hoy en día su puerto ya no tiene actividad comercial, pero el Viejo Muelle o Vieux Bassin construido en 1681, atrae cada año a miles de turistas.
Este precioso puerto, que inspiró a tantos pintores impresionistas, parece detenido el tiempo y es imposible no enamorarse de él.
Delimitando el dique se extienden hileras de casas de los siglos XVI a XVIII en cuyas planta baja funcionan los bares para delicia de los veraneantes que disfrutan relajados de las últimas horas de luz.
También hay barcitos y restaurants, en sus callecitas históricas aledañas al viejo puerto. A pesar de la gran oferta tuvimos que esperar a que se desocupara una mesa en el lugar que elegimos.
El otro gran atractivo de la ciudad, a nivel de patrimonio, es la Iglesia de Santa Catalina, un precioso templo de madera de 1468.
Es inmensa y cuesta encontrar un punto desde dónde enfocarla.
Y es bonita e impactante desde cualquier ángulo.
Fue declarada Monumento Histórico en 1879.
Atrajo la atención de arqueólogos e historiadores, por ser la iglesia más grande de Francia construida en madera.
Emociona estar en su interior pensando en los muchos años que lleva en pie y más aún al ver la luz que ingresa a través de los vitrales.
La tarde llegaba a su fin y algunos sectores estaban desiertos, porque todos estaban en el muelle o en sus cercanías.
Las casas entramadas son encantadoras en cualquier país, cuidad o pueblo y Honfleur no sería la excepción.
Y que se puede decir de esquinas como ésta, que emanan historia por doquier…
Pasaban las horas, las luces se fueron encendiendo y me atrevería a decir que continuaba ingresando gente a este pintoresco sector.
Supongo que los turistas iban rotando y las mesas continuaban ocupadas en esa hermosa noche de verano.
Caminar por sus veredas a paso lento, sin apuro alguno, fue otra de las cosas placenteras que experimentamos en esta pequeña villa.
Y en algún momento hay que ponerle un punto final a la noche….
Sería la última en Francia de este viaje y que mejor que hacerlo comiendo un rico helado
Lo que no me gustó:
Por supuesto que esta es una opinión muy personal, pero me gustaría agregar que hay solo una cosa que me desgradó de la bella Honfleur y es que está habilitado a 50 metros del muelle en un amplio predio una feria de ropa, art.electrónicos, calzado, objetos importados, etc . similar a nuestras Saladitas.
Los puestos son improvisados, las casillas que traen la mercancía entorpecen el paso, los cables que la alimentan de energía eléctrica están por doquier y todo esto rompe el encanto de la villa.
Por supuesto que se soluciona evitando pasar por ahí, que no es la única población adónde están estas ferias, porque la he visto en St Malo también y supongo que será habitual en sitios turísticos de Francia.
Ubicación:
A unos 200 kms al norte de París , en la desembocadura del río Sena.
Todos los post del RoadTrip del 2015 se encuentran en este link
Que coincidencia. También recorrimos las playas de Normandía (y varios lugares mas) en 2015, aunque nosotros fuimos en mayo. Muchos pueblitos muy parecidos a Honfleur. Y nos faltaron muchísimos mas.
Por pocos meses no hemos coincidido! Nunca terminaremos de conocer todos los pueblos, es imposible!
Emociona recorrer las playas de Normandía… parece increíble que hayan sido el escenario de tantas muertes…
Esa es una deuda pendiente que tengo y que no me gustaría irme de este mundo sin saldarla: Las playas del Desembarco de Normandía.
Y ya me puedo decidir, que el tiempo pasa muy deprisa… 🙂
Besos y salud
Hazlo Genín, emociona visitar esos lugares y si puedes visítalo más detenidamente de como lo hicimos nosotros que siempre estamos como bólidos, priorizando el seguir conociendo para amortizar el gran costo de un viaje a Europa. El año anterior visitamos las zona de Ardenas, otro lugar que nos trasladó a esos crueles tiempos de la 2WW. Abrazos!