21-02-2022

Tercer día de vuelos, éste sería el más corto pero el más deseado, al fin nos dirigimos a Longyerbyen, capital de la isla Spitsbergen, en el archipiélago de Svalbard.

Estas islas se encuentran a medio camino entre la zona más norte y continental de Noruega y el Polo Norte.

En esta época del año solo hay 4 hs de luz, de hecho la noche polar terminó el 14-02 y por ese motivos los vuelos se realizan en el horario cercano al mediodía.

La emoción que produce aterrizar en esta latitud es indescriptible.

El viaje fue alucinante y esa cinta de equipajes corroboraba que estábamos en la isla de los osos polares.

Si bien la temperatura era de -18 grados la sensación térmica era mucho menor…

 

Para llegar a la población existen buses que llegan justo cuando aterriza el avión, 120 NOK ida y vuelta abierta, el cual hace parada en todos los alojamientos. Para regresar funciona exactamente igual y en el mismo hotel te dicen a qué hora va a pasar.

El chofer es el encargado de cargar el equipaje y cobrar,  se puede hacer en efectivo o con tarjeta.

Bajamos frente Radisson Blu Polar Hotel Spitsbergen, nos registramos y al llegar a la habitación esta vista nos hipnotizó.

Estaba cumpliendo otro sueño viajero!

Salimos a caminar por el centro de la ciudad más septentrional del planeta, ubicada en la latitud 78ºN.

Solo le supera el asentamiento canadiense llamado Alert, ubicado en la latitud 82ºN. pero al no ser una ciudad como tal, no cuenta

Hay un pequeño centro comercial (foto 3) con precios muy convenientes porque acá no se pagan las tasas del continente.

Y un supermercado Coop (foto 1 y 2) con tooodo lo necesario para vivir bien, incluso frutas, verduras y flores que te hacen olvidar que estás en una latitud extrema.

Esta imagen fue tomada a las 16:54 hs

La hora azul fue alucinante!

Después de otra pasada por el shoping para entrar en calor, caminamos hasta el hotel para extasiarnos con la vista desde la habitación y luego iríamos a cenar en el pub del hotel.

 

Volvimos a la habitación a buscar los abrigos para salir a caminar, no teníamos esperanza de ver auroras porque la app indicaba pocas posibilidades.

Sin embargo al abrir la puerta de salida del hotel,  nos encontramos con este espectáculo!

Si bien habíamos visto auroras en 3 sitios del viaje del 2018, la sorpresa y alegría son inevitables.

Las imágenes no son buenas porque fueron tomadas con el celular y sin trípode, solo disparaba y trataba de no pensar en el frío.

Como verán la contaminación lumínica no impide ver las auroras y no es necesario pagar por un tour, a no ser que quieras disfrutar de esa experiencia y tener fotos maravillosas.

Un cierre de lujo para nuestro primer día en la isla.

 

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