Llegamos a Helsinki por la tarde y a la mañana siguiente fuimos hasta el hotel Hilton, dónde funciona la oficina de Sixt, a retirar nuestro auto para recorrer el centro y sur finlandés. Para nosotros es una alegría inmensa cargar las valijas en un auto y partir a explorar nuevos destinos.
Como nos alojábamos en pleno centro el debut conductivo de Gabriel se produjo en la zona más transitada de la ciudad.
Una breve parada para comprar bebidas y alguna cosita para picotear en el camino.
La mañana era espectacular y el paisaje maravilloso.
La primer parada fue en Turku, buscamos un parking para dejar el MB y salimos a caminar en dirección al Río Aurajoki que cruza esta ciudad, que fuera capital del país cuándo estaba bajo el dominio sueco.
Esta es la antigua biblioteca
En la peatonal a orillas del río, hay unos coquetos barcitos, dónde comimos estas croisants.
Me llamó la atención un cartel dentro del baño indicando que debería pagar en la caja 0,50 euros por utilizarlo. Luego ví que era algo habitual en Finlandia y lo tomamos con naturalidad, teniendo siempre monedas a mano.
Caminamos por la orilla del río, hasta la catedral que se ve al fondo.
Fue construida a finales del siglo XIII en madera, siendo desde su primer momento la catedral más importante del país. La construcción que se puede ver en la actualidad es el resultado de unas ampliaciones que se hicieron durante los siglos XIV y XV, convirtiéndola en un templo de piedra.
La otra orilla del río también es encantadora.
Hay callejones con antiguas casa de madera que te transportan en el tiempo y contrastan con los edificios vecinos. Cabe aclarar que los incendios que padecieron las ciudades nórdicas hace que conviva lo antiguo con lo moderno.
Seguimos caminando hacia la zona más comercial, comprobando que es una ciudad amigable, con amplias avenidas y sin uniformidad edilicia alguna.
Este hermoso edificio se destacaba sobre los demás.
Sin dudas un agradable lugar para tomar algo, mientras ves pasar a la gente y disfrutás del sol.
Un auto con pintura simulando óxido, que no pasaba desapercibido:)
Este edificio tendría muchos años de construído y en su interior funcionaba una tienda de antigüedades. Quise ingresar porque veía artículos muy interesantes en sus vidrieras, pero me arrepentí apenas puse un pie, por el sofocante olor a viejo que salía de allí:)
Acá vemos uno totalmente opuesto.
Llegamos a la plaza central, dónde los puestos con flores aportaban otro toque de color a la ciudad.
En esta misma plaza, dos días después se produciría un apuñalamiento masivo perpetrado por un fanático religioso causando la muerte de 2 personas y varios heridos.
Y así nos fuimos despidiendo de esta hermosa ciudad .
Y estábamos nuevamente en la ruta, con destino a Rauma.
Espero que les haya gustado Turku y los invito para que se sorprendan en el próximo post con Rauma, tal como lo hice yo.
Qué lindo! Estos países nórdicos son hermosos por donde los veas!
Así es Ale! me atraen muchísimo!se respira orden y sencillez.
Supongo que te comunicarás en inglés ¿No? Tengo entendido que en los países nórdicos se habla bastante…
En Invierno debe de hacer un frío tremendo, quien lo diría viendo esas fotos… 🙂
Besos y salud
Qué tranquilidad se respira al ver las fotos ! Si no hubiera sido por tu viaje, Turku sería desconocida para mí. Hasta el próximo post !