El viernes a la nochecita estaba en BsAs, volviendo al departamento donde me alojo los días que estoy ahí y cuando quiero ver la hora en mi celular, me encontré con que estaba la pantalla en blanco y por más que lo tocase no respondía…
No le dí mucha importancia porque tenía que hacer otras cosas y pensé que volvería a la “vida” en cualquier momento, pero no fue así… de hecho aún no lo hizo jaja
Para alguien como yo, que usa el smartphone para todo, desde algo tan simple como ver la hora, hasta mandar mails, tomar fotografías, wasapear, etc me sentí como “desorientada” sin MI equipo. Lo primero que hice fue avisarles a mis hijos, porque se iban a preocupar sabiendo que siempre atiendo las llamadas o contesto lo que fuese que me envíen.
Fue un fin de semana muy distinto, sin el dichoso aparatito… me faltaba algo… sobreviví, pero era muy raro no tener contacto con las personas… después de estos días no me quedan dudas que ellos nos acercan a los demás, hay quienes dicen que los que estamos presos de la tecnología nos encerramos… opino que es todo lo contrario, somos mucho más sociables con un aparatito!
El domingo a la noche cuando llegué a casa, fui directo a poner el chip en un viejo celular. Ahora puedo efectuar y recibir llamadas pero nada más, sin embargo después de la abstinencia, con eso ya me conformo.
Lo que aún sigo lamentando es la pérdida de las fotografías y otras infos almacenadas en él, durante los últimos días.
Ah, no me digas!
Yo por eso si quiero sacar fotos uso la cámara, el celular lo uso para fotos pero para salir del paso o para subir a Twitter enseguida.
Está bueno desenchufarse de vez en cuando pero lo negativo es que cuando te volvés a enchufar, tenés que ponerte al día con todo y cuánto tiempo consume!!!
Indudablemente acercan distancias peor tambien es verdad que algunas personas termina aislandose del mundo gracias a la tecnologia. Lo ideal es encontrar un sano equilibrio.